jueves, 31 de diciembre de 2015

Año Nuevo, Misma Fe.


Este 2015 fue un año lleno de muchas cosas, tanto en el exterior como en nuestras vidas, en fin, fue un año más en el cual Dios nos protegió, ahora viene el 2016 y ante todo hay que mantener algo muy importante... La fe.

No importa lo que sea, siempre hay que mantener nuestra fe bien grande y madura, pedir por ella y por la de los demás.

Iniciemos este 2016 con buenos deseos y con alegría, que este 2016 sea fantástico de la mano de Dios y que nuestra fe siempre sea la misma o más grande.


viernes, 25 de diciembre de 2015

...Liz Navidad.


“Así se manifiesta el “espíritu navideño”: Promesa que genera esperanza, se consolida en Jesús y se proyecta, también en esperanza, hacia la segunda venida del Señor”(Card. Jorge Bergoglio, Artículo escrito el 23 de noviembre de 2011)
Hace algunos años, probablemente en 2006, el periódico Prensa Libre de Guatemala sacó una campaña publicitaria para la época navideña. El mensaje era sencillo y claro: “…liz Navidad: sin fe la Navidad está incompleta. Medítelo”.
¡Cuánta razón tienen esas palabras!
Honestamente, ¿qué sentido tendría celebrar en grande el 24 y 25 de diciembre si no fuera por la fe? ¿Solamente por seguir con “las costumbres”? Muchos lo verán así, como un simple evento social, pero no es el sentido de fondo por el que se festejan por todo lo alto estas fechas.
Con la excesiva mentalidad consumista enquistada en nuestro tiempo, quizá se dificulta entender que, en realidad, la Navidad procede de la fe. Sin fe, la Navidad es una celebración más, una costumbre fácilmente reducible a la comida y a la bebida (ciertamente indispensables en las celebraciones, pero no son lo único).
La Navidad es un “don” de la fe, por así decirlo, sin afán de hablar en sentido estrictamente teológico. Es la oportunidad de celebrar el nacimiento de aquel pequeño niño, envuelto en pañales, que sufrió frío en un pesebre, que bajó a la tierra para padecer; es la memoria de un gran evento, el de Dios que entra a la historia humana para cargar con nuestros pecados y redimirnos… no es poca cosa.
El nacimiento de Cristo debe hacer que renazca la esperanza en nuestros corazones –y no a simple nivel humano-: la esperanza de poder volver a luchar seriamente por la santidad, con la seguridad de que, como dice el Papa Francisco, “Dios no se cansa de perdonarnos, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a Él”. Esta seguridad debe ser latente y palpable, en especial ahora que estamos en el Año Santo de la misericordia.
Es lógico prepararse bien para las grandes fiestas. Pensemos, por ejemplo, cuando alguien se va a casar: hay despedidas de novios, muchos eventos sociales, el montaje de la boda se prepara minuciosamente, etc. Así también nosotros deberíamos esmerarnos por estar bien preparados para celebrar el nacimiento de Jesús.
Que este verdadero sentido de la Navidad nos motive ser lumbreras que iluminen a los demás en esta verdad, allí donde estamos, en el ambiente que nos movemos, con nuestras familias, con los colegas de trabajo y grupo de amigos.
Artículo escrito por nuestro colaborador y católico con Acción Jaime García.
 Página a la que pertenece el artículo: http://catolicosconaccion.com/

domingo, 13 de diciembre de 2015

Emperatriz de América.


 Ayer 12 de Diciembre se celebró uno de los mayores festejos en Latino-américa: El día de la Virgen de Guadalupe.

Desde su aparición en 1531, la devoción por ella no a pasado desapercibida, millones de personas de todo el mundo van el 12 de diciembre a la Basílica de Guadalupe en México solo para agradecerle los favores recibidos durante el año, el amor por la Virgen de Guadalupe es tan grande que cada se puede ver la bella iglesia de México llena de millones de devotos, muchos haciendo penitencias dolorosas ya sea por pedir un favor o por cumplir una promesa a la bella María.


El manto que se puede apreciar en el templo, ha sido el mismo desde que se fue entregado a San Juan Diego y, aunque un tiempo estuvo en deterioro, por obra milagrosa, sorprendentemente aún se encuentra en estado óptimo. Ademas que el propio retrato en el manto esconde muchos datos, por ejemplo en sus ojos se puede apreciar, en el parpado, el rostro de dos personas y a la vez en los ojos se ven reflejadas personas; y según oculistas hasta se pueden ver los vasos sanguíneos como si se estuvieran viendo los ojos de cualquier persona y no un retrato en un manto.

En fin la devoción por la Virgen del Tepeyac es impresionante y admirable, y no es de menos, si ella intercede por nosotros, nos cuida todos los días dándonos su protección bajo su manto santo, por eso la fiesta que se celebró el día de ayer es sin duda de las más grandes durante el año para los católicos.

Que nuestro amor por la dulce y bella del Tepeyac siga creciendo y que no solo sea Emperatriz de América, sino también dueña de nuestro corazón.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

El confidente de la dulce Señora del Tepeyac.


Este día 9 de diciembre se celebra el día de San Juan Diego, quien es al hombre a quien se le apareció la Virgen de Guadalupe, patrona de México y casi toda Latinoamérica.

Juan Diego era un hombre con mucha fe, apreciaba mucho las tradiciones cristianas.

La aparición de la Virgen fue lo que hizo posible la construcción de la Basílica.

Con el ejemplo de Juan Diego nos damos cuenta que Dios sabe lo que hace, escoge a los que la gente cree débiles o insignificantes para convertirlos en personas grandes, y que aunque la gente aveces se crea más que nosotros, deben entender que ante todo hay que ser humildes y así ver el mundo con diferentes ojos.


Seamos como San Juan Diego y llevemos un buen mensaje a los demás, tengamos una gran fe y comprendamos que Dios llama más que todo a los humildes para hacer cosas grandes.