Hoy 31 de enero se conmemora a un santo muy especial quien fue el fundador de una de las mas grandes congregaciones a nivel mundial: los salesianos; y, ¿quién es ese santo? Pues es San Juan Bosco, Don Bosco, el santo de los jóvenes que siempre nos recuerda que la felicidad es la formula para la santidad.
San Juan Bosco comenzó su obra debido a que por medio de un sueño Dios le pidió que ayudase a los jóvenes a actuar con madurez, de manera cristiana y a sentirse en familia, así fue como poco a poco inició su obra de amor hacia los jóvenes, obra que después de más de 100 años sigue en pie ayudando a miles de jóvenes en el mundo.
Gracias a Don Bosco es que existe los salesianos y gracias a él es que aún se sigue con su obra y más fuerte que nunca.
¡Feliz día Don Bosco!
Esta semana las lecturas son acerca de la historia de Samuel a quien Dios eligió para ser como un consejero de los reyes a quienes tenía que poner por orden de Dios. Pero antes de todo eso Samuel fue en realidad un milagro, ya que, su madre era estéril y por más que deseara no podía, su esposo, como cualquiera en esa época, tenía 2 mujeres, una de ella si era fértil y ya había concebido 2 niños y a pesar de que él prefería a la madre de Samuel, ella no podía concebir. No fue hasta un día que ella agotada de las burlas que le daba la otra mujer, fue, muy triste, a rezar a un templo, llorando le pedía con mucha fe poder concebir algún hijo, prometiendo que cuando naciera lo entregaría para servirle a Dios; incluso un sacerdote del templo viéndola creyó que estaba borracha por como rezaba, pero no era así claro está. Luego de tanto orar, regresó a su hogar y meses después pudo concebir a Samuel producto de un milagro.
Esta historia enseña que no importa lo que sea, para Dios no hay ningún imposible y puede hacer lo que sea en nuestras vidas si nosotros queremos que eso ocurra, todo es cuestión de fe.
